Tras la serie del Vasa y los barcos antiguos, Paz Vial empezó a interesarse por los puertos marítimos. Sus primeros trabajos fueron realizados sobre antiguos grabados de Valparaíso, rescatando el pasado con vigorosos trazos de color. El contraste de estas viejas imágenes con el movimiento incesante de un superpuerto moderno como el de Amberes le inspiró una nueva serie de pinturas, realizadas a partir de capturas de vídeo trasladadas a papel en máquinas de imprenta, tratadas al óleo, y finalmente incorporadas a lienzo con la técnica del marouflage.
La Maison de l’Amérique latine de Bruselas acogió la exposición de estos trabajos en el año 2000.
El poeta colombiano Heriberto López escribió:
Paz Vial, la pintura anclada en la memoria
“Valparaíso, puerto del sur. Del mar viene la imagen de un puerto lejano, desplazamiento temporal de la mirada hacia otro puerto, ahora en el norte, Antwerpen. Viaje de la imagen, o si se prefiere, exilio de los signos destinados a otro lenguaje.
La unidad se desplaza hacia los fragmentos.
El fragmento es en esta pintura la unidad del recuerdo, a partir de un cubo de modernidad se puede “clonar” el pasado, reinventar la imagen distanciada. Estos procedimientos técnicos no son más que la forma de un inmenso taller de la memoria.
Los colores y las formas del sur, en su desplazamiento al norte, cobran otros sentidos, adquieren tonalidades y visos inesperados, es como si una poderosa máquina de rayos X, aplicada a Valparaíso, dejara ver lo de adentro que vendrá, su índice de modernidad, una especie de interioridad que al acecho produce su contrario en la imagen invertida.
Paz Vial, pintura de la memoria y el exilio, el sur y el norte, dos distancias que se unen en el viaje.”
En 2016, Paz completó la serie con una evocación voluntariamente incompleta de sus trabajos sobre el puerto de Amberes.
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